Vladimir Rurikovich

por **Vladimir Rurikovich** Mar Dic 21, 2010 9:54 am

-Nombre: Vladimir Rurikovich.

-Edad: Unos tres siglos y medio en total, década arriba, década abajo.

-Sexo: Hombre

-Raza: Vampiro

-Órden: Independiente por el momento.

-Equipamiento: Porta únicamente una espada de mano (para cuando se encuentra con alguien armado de plata demasiado cerca), siempre envainada en su cinturón y bien afilada. Como objeto mágico, lo único que lleva siempre encima es un colgante que le ofrece cierta resistencia a la sed en situaciones extremas, esas en las que su autocontrol empieza a flaquear, aunque, para su desgracia, funciona cuando le apetece, y no cuando lo desea (maravillas de la magia). Algo que no lleva visible pero que guarda con recelo, aunque nadie sepa de su existencia, es una runa de bronce muy vieja, que parece haber formado parte de algún colgante tiempo atrás.

-Habilidades de Combate: Si bien posee un notable manejo en espadas, si tiene que combatir se decanta por las habilidades propias de su raza, es decir, su fuerza y agilidad sobrehumanas con el peligroso añadido de unas uñas sumamente cortantes. Ha entablado más de un combate y ha salido vivo por poco de otros tantos, por lo que su experiencia está recalcada.

-Aptitudes mágicas: Tiene muy avanzada y entrenada su presencia. Resulta atractivo y cautivador a la vista, más aún cuando se empeña en parecerlo a ojos de los mortales. La dominación va a la zaga, siendo capaz de, en mentes débiles eso sí, controlarlas durante un periodo de tiempo variable sin demasiado esfuerzo. En mentes mágicas o complejas puede llegar a dar órdenes directas y autoritarias con el debido esfuerzo y manipulación, algo que sí puede resultarle más cansado.

-Descripción física: Físicamente Vladimir se podría definir como el nórdico estándar: Ojos azules del mismo color del hielo e impenetrable mirada, pelo rubio, largo y lacio que le cae algo más allá de los hombros, rostro perfecto en el que ningún rasgo es exagerado o destaca sobre otro, perfecta simetría cubierta por una piel pálida como la porcelana.

Su cuerpo, fibroso y trabajado, queda enmarcado en su estatura de 1,90. Su porte es elegante, como el de todos los vampiros (o la mayoría), sus pasos parecen haber sido medidos, premeditados, desde el inicio de los mismos. Existe cierto tinte acechante en sus andares y gestos, un acecho sutil, propio del depredador en las sombras que, siendo lo que es, puede generar deseos de ser cazado.

En resumen, el perfecto vampiro, el perfecto hombre del norte, y el perfecto ejemplo de que elegancia y miedo, belleza y poder, y atractivo y agresividad pueden ir combinados con total fluidez.

-Descripción del carácter: Como ya he definido más arriba, perfecto también podría ser el término que mejor le acuñe... Perfecto por fuera, sí, pero marchito por dentro. Su sensibilidad es más bien nula, tanto como su sentido de la moralidad o de la ética, aparentemente inexistentes. Tiene su forma de ver las cosas, su justicia y su norma más básica y vital, esa por la cual se rige todo lo que él es y tiene: Toda cosa tiene un precio, sin excepción. En base a eso, podríamos definir a Vladimir como alguien sin demasiados escrúpulos, sumamente meticuloso, buen conversador y perfectamente capaz de mantener un pulso sin necesidad de alzar el tono de voz o usar la fuerza., aunque con sus principios, unos que rigen su no-vida desde hace ya un par de siglos.

Frío desde hace ya siglos, casi tanto o más como el hielo, ve el mundo como una hormiga gigante que él puede aplastar si así lo desea, pero que prefiere dejar recolectar para ganar sus frutos. Ha sabido aprovechar sus condiciones vampíricas e incluso sus propias debilidades, las de su raza, para sacar un beneficio de ello, siendo ahora conocido en diversos países de Europa.

Sin embargo, todo tiene una explicación, hasta el carácter más gélido e insensible que uno pueda imaginarse... En este caso nadie excepto él la conoce, siendo su verdadera personalidad, y la posibilidad de que su hielo oculte o no un alma, toda una incógnita que la mayoría verá improbable. Un secreto guardado con recelo y de forma tan sumamente perfecta que solo un loco, o un suicida, intentaría averiguar... Aunque una vez entras en sus redes, en su tela de araña perfectamente tejida, no podrás salir, para bien, o para mal.

-Gustos y preferencias: Toca el órgano de forma sumamente periciosa, por lo que la música entra entre sus principales aficiones. No toca obras precisamente bonitas de escuchar, aunque también es cierto que nadie le ha escuchado tocar. También pinta, normalmente cuadros algo abstractos con un cierto tinte macabro, en los que el caos y el tedio se dejan ver en todo su esplendor. Recientemente ha pintado algún que otro retrato de sus chicas, viendo un pasatiempo entretenido ese de reflejar vida por parte de un muerto. Por último, tiene un gusto bastante peculiar respecto a sus hábitos alimenticios. No se alimenta, excepto en excepciones, de cualquiera, buscando sangre joven, dulce y preferiblemente virginal. Sin embargo, es capaz de conformarse con únicamente un cuerpo sano y bonito de ver, sea masculino o femenino.

-Breve historia del PJ: Ha perdido la cuenta así como la memoria sobre los años y los siglos que ha vivido. Hijo de comerciantes, de ellos adquirió y aprendió gran parte de lo que ahora sabe, conocimientos que, gracias al beneficio de la eternidad, ha logrado perfeccionar, convirtiéndose en un astuto y peligroso regateador, un depredador en más de un sentido y no únicamente en el alimenticio. Pero el destino dio un brusco giro de los acontecimientos cuando terminó convertido.

Los detalles de esa época de su vida son tan oscuros que ni él mismo prefiere recordar, pero solo añadiré que gran parte de lo que es ahora viene condicionado por una serie de hechos que se sucedieron en una inevitable cadena. Su ser oculta, en efecto, una tragedia que no voy a revelar, pero que marcó un antes y después en la no vida del vampiro.

La "ilusión" por la vida terminó por desvanecerse en el interior de Vladimir, condenado a vivir en un eterno aburrimiento. Se volvió un alma errante, todo un muerto en vida, yendo de un sitio para otro, reformando y actualizando una visión que, más que negarse, se afirmaba con cada caso que encontraba: Madres que vendían a sus hijos, hijos que mataban a sus padres por dinero o por un estatus... Los lazos no cobraban sentido alguno cuando se les ponía un precio, y así ha pasado las décadas y los siglos de su vida, reafirmando esa visión, perdiendo todo rastro de humanidad conforme visitaba diversos lugares del mundo. Durante sus viajes conoció a un sujeto tan peculiar como peligroso. Se llamaba Zeihar y, como él, era un vampiro. Ambos lograron entenderse bastante bien (algo complicado entre miembros de la misma especie sin implicar muerte de por medio), y Vladimir guardó un buen recuerdo de su encuentro.

Tras otros tantos años llegó a sus oídos el rumor de un príncipe en Venecia un tanto peculiar. No obtuvo el nombre, desconocido, pero la información ya resultaba suficientemente alentadora como para ir él mismo a comprobarlo. Así, emprendió su viaje hasta la ciudad de los canales, encontrándose con Zeihar como príncipe. La situación en la ciudad parecía, desde su punto de vista, sumamente divertida, con sus guerras y sus combates ocultos entre los seres sobrenaturales que poblaban la ciudad. Así, decidió quedarse, guardando una intrigante y sin motivo aparente tirria hacia la orden eclesiástica en sí misma y los que la servían. Adquirió, gracias a la fortuna que había ido acumulando, el prostíbulo más lujoso de la ciudad (Ill Palazzo Delle Sirene), un lugar perfecto para comerciar en la ciudad del placer y la lujuria, limitándose a contemplar la situación y a pensar, con el tiempo, qué beneficios podría obtener de ayudar a su camarada en esta particular cruzada…

Mientras tanto Vladimir se dedica a traficar con mujeres de forma totalmente legal, comenzando a ofrecer un extraño servicio a sus compañeros vampíricos, un servicio que implica sexo, sí, pero también alimento y discreción, por un módico precio. Venecia está sumida en el caos y en la oscuridad, y de ello sacará provecho.

-Otros:
-Nunca se alimenta, pese a su supuesta inmoralidad, de niños o mujeres embarazadas.
-Domina el noruego, el ruso, el alemán y el italiano (ha perfeccionado este último habiendo decidido donde iba a ir). También conoce a un buen nivel inglés, francés, rumano y español, aunque no se ha visto con la necesidad de perfeccionarlos todavía.
-Vladimir no es su nombre real. Suele cambiar de identidad cada cierto tiempo, evitando así cualquier posible coincidencia. Su nombre real es un misterio que solo él conoce.