Marco Stephano Abagnale

-Nombre: Marco Stephano Abagnale

-Edad: 22

-Sexo: Varón

-Raza: Humano

-Órden: Guardia de la ciudad

-Equipamiento:

Armamento: Un florete

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Una daga

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Y un cuchillo oculto en los brazales.

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Defensa normal: Un peto y un yelmo

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Defensa mágica: Un anillo que le ayuda a canalizar su escudo y le confiere cierta protección mágica

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Un crucifijo. En sí no tiene nada pero ese colgante tiene mucha importancia para él y gracias a su ferviente fé religiosa le confiere cierta protección contra los vampiros

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-Habilidades de Combate: Bastante bueno en combate cuerpo a cuerpo. Maneja bien el florete y el cuchillo soliendo usar uno en cada mano. Sabe utilizar el arco y lanzar cuchillos pero no es experto en ninguno de esos dos campos.

-Aptitudes mágicas: Bastante bajas. Casi nulas. Lo único que puede hacer es crear un escudo alrededor de su cuerpo, a él le gusta llamarle el escudo de los justos. Este escudo no es para nada invulnerable. Puede parar con bastante fiabilidad armas arrojadizas y la mayoría de los golpes directos de otras armas, pero un golpe a dos manos con mucha fuerza lo romperá. Otro problema es que no puede tenerlo activado siempre sino solo unos pocos segundos. No más de 3 y no más de 1 vez cada 15 minutos.

-Descripción física: Piel bronceada por el sol, ojos negro azabache. Pelo negro y largo recogido con una coleta y dejado caer por su espalda. Mide 1,82. No es musuculoso de gimansio sino más bien fibroso de las prácticas y de mantenerse en forma debido a su trabajo. Cuando trabaja tiene un semblante serio y concentrado. Cuando se relaja suele estar siempre sonriendo y soñador.

Su rostro y sus manos son asperas debido al uso de las armas y el entrenamiento bajo el sol. Tiene un pequeño bigote y un poco de perilla. Tiene algunas cicatrices en su cuerpo, sobretodo en los brazos y piernas ya que es la zona que menos protegida tiene de todo su cuerpo.

Cuando no lleva el uniforme se quita el casco y el peto y lleva ropas impecables y nobiliarias. Le gusta mucho ir de azul y de verde oscuro con bordados dorados.

No lleva muchos adornos, solamente su anillo y su crucifijo colgado del cuello.

-Descripción del carácter:

Es y ha sido siempre un protector de la justicia, paladín de los inocentes. Por eso se apuntó a la guardia de la ciudad. No puede ver una injusticia sin hacer algo al respecto y eso le ha traído muchos problemas hasta ahora. Mientras trabaja es una persona seria, concentrada y fiel a su trabajo y a lo que eso representa. No se le puede sobornar, lo considera un acto deleznable e impuro. Cuando está fuera de servicio le gusta relajarse, reir con los compañeros y amigos. Cada día le reza a Dios para que limpie los pecados de esta ciudad.

Su fé hace que intente no matar a no ser que sea necesario, por ello sus primeros ataques busca desarmar en lugar de buscar la muerte directa de su adversario. Si consigue desarmar o vencer a su rival siempre le dará la oportunidad de rendirse y vivir. No le gusta matar y no lo hace nunca a sangre fría.

-Gustos y preferencias:

Le gusta estar con amigos y relacionarse con sus compañeros de armas. Odia la injusticia y la crueldad. Disfruta de una copa de vino observando una hoguera, la buena música y sueña con un retoño al que enseñar el arte de la espada.

-Breve historia del PJ:

Segundo hijo de una familia noble que seguía con la tradición a rajatabla. El primogénito heredero del título y la mayoría de las posesiones. El mediano un hombre de armas y el hijo más joven metido en la iglesia. Y así fue. Desde pequeño su padre alquiló los servicios de un caballero español para que le enseñase el arte de la espada. Juan García, su maestro era un ferviente defensor del código medieval de caballería y gracias a la influencia de su hermano pequeño decidió proteger a los inocentes por encima de todo.

Su hermano mayor era un déspota. Embriagado de poder, de relacionarse con nobles y fiestas hicieron que, en opinión de Marco, perdiese el contacto con la realidad. Así que se juntaba mucho con su hermano pequeño, quien estudiaba las sagradas escrituras para convertirse en seminarista. En más de una ocasión defendió a su hermano menor del mayor para evitar que este abusase de su fuerza y de la bondad del otro. De hecho fue así cuando descubrió que tenía un don especial. Al no querer golpear a su hermano alargó su mano gritando que no le golpease y el puñetazo de este pareció chocar contra un muro.

Al descubrir esto Juan, su maestro, le regaló su anillo y le mostró lo poco que sabía él sobre defensa mágica. Gracias a concentrarse en el anillo y a la magia que residía en él conseguía crear su escudo de los justos. Más adelante descubrió que también le servía para parar algo de magia.

Cuando creció y su hermano pequeño se fue a Roma él entró en la guardia de Venecia, dejando atrás a su maestro, su familia y a los lujos de su mansión, pero lo hizo feliz y con orgullo ya que iba a defender a los inocentes, a cumplir su sueño.

El mantenerse fiel a su código ético le ha traído más de un problema, pero aún así no dudará en mantenerse firme en cómo es él, aunque se granjeé enemigos y tenga que enfrentarse a criaturas poderosas.