Aria Mérimée

Nombre Completo:
Aria Mérimée

Edad:
Dieciocho años

Fecha de nacimiento:
21 de junio

Especie:
Humana

Orden:
Independiente, no sirve a ninguna orden

Lugar de procedencia:
París, Francia

Lugar de Residencia:
Venecia

Equipamiento:
No tiene ninguno, de momento

Descripción psicológica:

Naturaleza emotiva vehemente. Se manifiesta en la expresión artística, las cosas del honor y las del humor. Ama el color, las proporciones y el ánimo alegre. Le gusta sentirse complementado. Así se define el nombre de Aria, y así era ella.

Aria es una chica alegre, despreocupada y sencilla; teniendo en cuenta el ambiente donde se ha criado, la corte francesa. Su abuelo fue un gran diputado en la corte francesa, gran amigo del abuelo del rey. Gracias a él, su familia se posicionó en la corte, se le proporcionó una gran mansión en París y como quien dice, fue el hermano adoptivo del rey. Esta relación con la corona del país vecino la ha hecho crecer en un ambiente rico, cargado de atenciones y de muchos prejuicios ante los enemigos (que cambiaban según los beneficios de la corona). Tiene una mentalidad bastante cerrada ante nuevas culturas y ante el espiritismo.

Aria es una señorita. Sus padres, desde bien pequeña, la educaron de manera que fuera una pequeña damisela de la sociedad. Toca el piano, asistió a clases de pintura y recibió una muy buena educación con el antiguo tutor de la familia real francesa. Adora pintar, le encanta estar en los jardines y pintar sin nadie alrededor. Tiene problemas con las relaciones sociales, le cuesta confiar en la gente y no le gusta estar rodeada de mucha gente, aunque mantiene las formas en las fiestas y bailes de la ciudad.

Por otro lado, Aria tiene un carácter muy cariñoso y despreocupado. Le encantan los niños pequeños y suele tener una mejor relación con ellos que con varios adultos. Tiene dos personalidades que distingues muy pocas personas: la íntima y la de las apariencias. Todo el mundo que la ve, visualiza a una bella joven, de buena familia, con una buena educación, en busca de un marido; pero en realidad lo que ella busca es el amor verdadero y no tiene miedo a esperar el tiempo que haga falta para conseguirlo.

Aprendió a saber decir lo que la gente quiere oír, lo que la hace la niña de los ojos de la mayoría de los conocidos de sus padres o de su abuelo. Suele sonreír y siempre tiene algún comentario halagador o inteligente para hacer. Le gustaría poder conversar más sobre política o arte, pero suelen dejarla hablando con las mujeres y chicas sobre cotilleos de la ciudad.

Conoce los misterios que rodean a la ciudad de los canales, Venecia, por eso su padre la ha enviado a casa de un gran comerciante francés amigo suyo, Pierre François, quien ha contratado a dos hombres para que la vigilen a todas horas. Odia sentirse rodeada, únicamente la dejan sola en la Iglesia, todos los días, durante su hora de plegarias.

La familia de Aria tiene ascendencia inglesa y sueca, además de francesa, de ahí sus rasgos. Tiene la cara muy fina, blanca y sin pecas. La gente suele decir que es un retrato viviente de su abuela. Su cabello es rubio, hasta la mitad de la espalda, pero lo lleva recogido en todas las ocasiones.

Sus ojos son azules, igual que toda su familia. Mucha gente la mira extrañamente por esa característica, mucha gente en la ciudad tiene los ojos azules, ella lo toma como algo natural. Nunca se maquilla, odia tener que llevar esos polvos para parecer más pálida. Únicamente los lleva cuando se pasa horas en el jardín y se broncea un poco.

Su contextura es menuda, delgada y de estatura normal. Suele llevar corsé, costumbres de su madre quien la obliga a llevarlo. Su color favorito es el azul y siempre suele llevar algo de ese color en sus vestidos o sombreros. Al contrario que todas las damas de la sociedad, no le gustan las grandes joyas, aunque lleva varias para no oír comentarios de la gente.

Aria no trabaja. Es una chica bien posicionada, se dedica al arte: música y pintura. En la época de bailes se encarga de la decoración del centro de la ciudad, sobretodo la plaza del gobernador; centro de todos los festivales de la ciudad.

Abuelo paterno. Amigo del abuelo del rey francés. Muy bien posicionado económicamente, de gran influencia en la capital parisina.

Abuela paterna, fallecida. Era procedente de una familia inglesa, que se mudó a Francia y allí fue donde conoció a su marido. A partir de entonces su posición social mejoró, falleció cuando Aria tenía tres años, no la conoció demasiado; aunque dicen que tienen el mismo estilo y elegancia natural.

Abuelo materno. Parisino de nacimiento, adora su ciudad y una vez al año suele enviar regalos a su hija y a su nieta, residentes en Venecia. Dejó de viajar a causa de problemas de salud, aunque le encantaría poder ver a su nieta antes de morir.

Abuela materna, fallecida. Parisina de naciemiento, adora su ciudad y a su familia. Falleció cuando Francine (madre de Aria) tenía quince años, por lo que nunca conoció a Julien y mucho menos a su nieta Aria.

Padre de Aria. Es un empresario que se pasa la mayor parte de su tiempo junto al gobernador, amigo suyo. Suele visitar muy amenudo la corte francesa, es invitado a cenas con el rey y adora organizar los festivales de la ciudad. Le prometió a su hija un viaje por el continente europeo, aunque quiere hacerlo cuando tenga un pretendiente.

Madre de Aria. Es una mujer bella, de una familia importante francesa y con una gran vida social. Es una persona anclada en las apariencias, controla a su hija mediante unos espías que ha contratado, temiendo que se enamore o se case con un italiano cualquiera.

La historia de Aria se remonta a varias generaciones anteriores a ella. Todo comenzó cuando su abuelo Nicolas, logró hacer amistad con el rey de la corona francesa. A partir de ahí, todo fue viento en popa para la familia. Entre risas de críos y juegos, logró hacerse un lugar en el corazón del rey; quien le regaló un título, dinero, una mansión y una suerte que todavía conserva. Gracias al título conoció a quién sería su futura esposa, Adrianne. Todo fue gracias a una fiesta en Londres. Los dos se enamoraron y después de un romance típico de la época, se casaron.

La pareja Mérimée vivía feliz, en los negocios de la ciudad y poco a poco fueron ganando posición social y su nombre fue ganando más importancia de la que ya tenía el apellido Mérimée. Lo único que les faltaba era un pequeño hijo, el heredero de la fortuna de la familia. El pequeño no tardó en llegar. Nicolas y Adrianne decidieron que el pequeño tenía que nacer en París, en el seno de una buena cultura y en la gran ciudad de su patria. Fue un pequeño niño sano, de nombre Julien.

Los años pasaron y el pequeño creció sano. A los siete años hizo su primer viaje al Vaticano, estando poco tiempo, ya que le esperaban sus estudios en la capital francesa. Una vez al año viajaba para ir a visitar al Santo Pontífice. Tenemos que recordar que venimos de una familia católica desde los orígenes; y el ascenso de Nicolas ayudaron a que su fe fuera reafirmada con los viajes hacia el Vaticano. En uno de esos viajes conoció a Francine, una muchacha un par de años más joven que él, cuyo padre era un importante empresario asociado con la colonia de las Indias Orientales.

La pareja, sin saber cómo, se enamoró y anunció su matrimonio. Francine era una muchachita clásica de la época: tocaba el piano, hablaba idiomas, tenía muy buenos modales... lo único que quería era casarse y formar una familia en una gran mansión. Y lo consiguió dos años después. Julien y Francine se casaron en París y después de un año de noviazgo, se mudaron a la Mansión dónde el hombre se había criado y pasó a ser el director de los negocios familiares.

Nada podía irles mejor: en París eran una de las familias más respetadas, en París habían tenido el gusto de que el mismo rey de la corona asistiera a su boda y les felicitara y todo el mundo respetaba a la familia Mérimée. Un año después, llegó el esperado embarazo de Francine, quien después de nueve meses, dio a luz a una pequeña niña, la princesa de la casa: Aria.

Era una calurosa noche de finales de agosto cuando Francine rompió aguas. Estaba descansando en la mansión Mérimée, en la cama, mientras su marido estaba en el salón, leyendo un libro. La criada a su servicio llamó al doctor de la familia, quien se había instalado en la mansión para poder ayudar con el parto. Cinco horas después, a las dos se la mañana, nacía la pequeña de la familia, un pequeño bebé rubio con unos grandes ojos. Los dos padres aceptaron llamarla Aria, nombre de origen griego e igual que aquella pieza de música clásica.

Sin saber muy bien como, la pequeña crecía rápidamente, aprendiendo cosas nuevas y siendo la pequeña niña de la casa. Con pocos años comenzó a tocar el piano, aprendió a leer y a escribir y desde bien pequeña recibió clases de una institutriz francesa, quien la enseñó a ser una pequeña señorita.

La pequeña ya crecidita se convirtió en una damisela de la corte francesa, llena de pretendientes por todas partes, chicos y hombres le regalan flores, le insisten en acompañarla a todas partes… París se comenzaba a quedar pequeña para Aria: sus ansias de conocer nuevos lugares, nueva gente, más música y más arte, su pasión. Gracias al joven Dominique, un amigo de la familia, consiguió que sus padres cedieran a que iniciara un viaje a Venecia, la ciudad del arte. Aria, feliz, se marchó de la capital francesa a casa de un amigo de la familia, dejando detrás de ella toda la protección de su padre, la corte y la del mismo rey de Francia.

Datos extra

Likes
-La historia, le encanta que le expliquen historias de países lejanos y culturas diferentes.
-El cricket
-Los animales, aunque no puede tocarlos; le producen picores.
-Su color favorito es el azul, en todos sus tonos.
-Las flores, le encantan. Su flor favorita son los lirios.

Dislikes
-Los corsés
-Algunas amigas de su madre, las encuentra demasiado criticonas.
-Las multitudes, se cohíbe mucho en ellas.
-La sangre, le causa mucha impresión.

Manías
-Es zurda y por mucho que lo intenta, no sabe usar la mano derecha.
-Sus brazos, nunca sabe dónde ponerlos y terminan en un lugar inapropiado. Su madre insiste en que los lleve flexionados y apoyados en el vientre cuando no tenga que sujetar cosas, aunque ella es partidaria de dejarlos rectos.

Dreams
-Estar viviendo en Venecia, cosa que ha conseguido
-Encontrar a su príncipe azul, casarse y formar una familia.

Others
-Suele sonreír siempre, no tiene razón para no hacerlo.
-Suele escribir un diario, donde apunta sus pensamientos. Lo tiene guardado en el escritorio, entre dos libros que nunca nadie mira: un libro en griego y otro en latín. Está en su habitación.