Descripción

por **Francesco Foscari** Sáb Oct 16, 2010 3:57 am

La noche trae la decadencia en los distritos de Venecia, pero tal sensación no se respira tan bien como en este barrio, apodado popularmente el Distrito del Placer.

Se trata de un pequeño entramado de callejuelas de piedra y ventanas sucias o rotas. De día aquello no es más que una zona abandonada a la inmundicia, las ratas y los borrachos casuales que se dejan caer sobre los montículos de basura, abrazadas las calles por hileras de casas abandonadas... de noche, la cosa cambia. Las luces de las antorchas se encienden, el silencio muerto se ve sustituído por encandiladoras y sugerentes risas femeninas y las ratas huyen del acentuado y anhelante calor humano. Un olor que a la lujuria le parece apetecible.

Si avanzas por estas calles, el juego de luces, sombras y alcohol te hará ver un apetecible infierno donde solo hay inmundicia. Quizá tropieces con unos pálidos pechos encorsetados, o con unos brazos que reclaman tu cuerpo, o con unos dedos que entre susurros jugarán traviesos con tu vestuario... la oscuridad nocturna convierte en diosas a aquellas que en gran medida son regordetas y pintarrajeadas prostitutas que ahogan el olor a sudor con ingentes cantidades de perfume barato. Ya sea en alguna de las casas abandonadas o en las mismas calles, no existe intimidad en el Distretto a la hora de saciar tus ansias: las palabras honor, decencia y pudor no tienen significado aquí... ni tampoco el concepto de "gratis", a menos que quieras acabar con una daga en el costado...

El caos de gemidos, besos húmedos y ruídos aún más sospechosos resulta ser, no obstante, ideal a la hora de tratar asuntos turbios u ocultarse de posibles enemigos. Es, paradójicamente, uno de los escondrijos más seguros de los barrios bajos.