Alanna D'Ventri

Nombre: Alanna D'Ventri.

Edad: 24 años.

Sexo: Femenino.

Raza: Humana.

Órden: Rosacruz (Jinete).

Equipamiento: Es miembro de pleno derecho de la orden, pero todavía es joven y no puede permitirse la utilización de ciertos objetos de excesivo poder. Sin embargo, como maga de poder creciente, entre sus pertenencias destacan:

Joyería:

- Colgante con un diente de nacar (protección mágica contra posible debilidad física).
- Colgante con piedra de ónice (protección mágica en torno a su mente).
- Colgante con una lágrima de amatista (para abrir los portales energéticos de su psique y tejer mejor su poder).
- Pulsera de rubíes en ambas muñecas (para incrementar su fortaleza física en viajes largos y conjuros de cierta dificultad).

Accesorios:

- Estatuilla de orihalcón, un águila emprendiendo el vuelo (el orihalcón es un material mágico empleado como canalizador, y sirve para aumentar en un ligero porcentaje el poder mágico con algún hechizo de dificultad moderada; ideal, sobretodo, cuando un mago se queda sin reservas energéticas).
- Libro de hechizos (el estudio y la anotación de los nuevos hechizos es imprescindible para un mago).
- Varita de invocación elemental (la invocación trae a entidades elementales de bajo poder que sirven como guía casual y como compañeros de batalla contra adversarios que no pasen de moderados).
- Arco de roble de flechas de energía ilimitadas, llamado Aurora. Regalo de Fabius por su 24º cumpleaños. Aún no lo usa porque no tiene ni idea de tiro con arco y físicamente se cree demasiado torpe para él.

Arma: una daga de metal, y solo como último recurso.

Aptitudes mágicas: Una cosa que nadie puede negar sobre Alanna es que es una dotada con un potencial mágico sorprendente y, tal y como afirman sus maestros, "una joya digna de ser pulida, potenciada y entrenada", dado que a ese potencial se le une una inteligencia destacable. Maneja las disciplinas propias de su orden, quizá, a un nivel un poco por encima de lo que constituye a alguien de su edad, pero por juventud, inexperiencia y prudencia no es mucho lo que se atreve a hacer todavía. En cuanto a dones:

· Magia elemental: Especial afinidad con el agua, cuya temperatura y fuerza es capaz de manejar a placer. El fuego sigue siendo un elemento al que está estrechamente vinculada por carácter, pero cuyo uso aún a día de hoy sigue sin controlar (es decir, cuando se cabrea es capaz de prender cosas en llamas sin pretenderlo).

· Mente: Se especializa cada vez más en tejer protecciones sencillas en torno a su psique, algo que se le da bastante bien. Penetrar en la mente de otros ya no tanto, dado el temor visceral que suele sentir a navegar en ellas; es algo que hace rara vez.

· Esencia: Hábil en círculos de protección tanto individuales como masivos, aunque necesita práctica con estos últimos: gasta mucho tiempo y energía en elaborarlos.

· Alquimia: Empezó a indagar en ella hará tres años, y en ese mísero tiempo ha aprendido a elaborar gran cantidad de pócimas y ungüentos de caracter ofensivo y práctico. Sabe de venenos y antídotos, aunque no tanto como una mujer del Gremio debidamente entrenada. En general, al ritmo que va acabará siendo una auténtica experta.

· Vida: Todo lo relacionado con la curación sigue siendo supunto débil. Sabe sanar heridas sencillas y rasguños, pero aparte de aburrirle necesita grandes dosis de concentración y esfuerzo para algo más moderado.

Descripción física: No demasiado alta (1'66); esbelta y delgada, aunque posee curvas suaves y femeninas; dedos ágiles y delicados, cuello de cisne, piel pálida in extremis sin llegar a ser vampírica... en general su apariencia es un tanto frágil. Rostro ovalado de pómulos altos, ojos oscuros y aguileños, labios carnosos, nariz recta. Lo enmarca todo una mata de cabello negro largo y ondulado, muchas veces enmarañado y sin cepillar correctamente.

Su atuendo parece pensado para no destacar, ser siempre una sombra y ocultar sus encantos femeninos: túnicas de maga austeras y holgadas; generalmente de colores oscuros, mangas anchas, ausencia de escote pronunciado y una apertura en el lateral hasta medio muslo para facilitar los viajes a caballo. Ceñida a la cintura con un cinturón del cual cuelgan saquilos y bolsas con ingredientes, pergaminos y su preciado diario. Bajo la túnica viste un sencillo pantalón de piel de ante y unas botas de cuero flexibles, todo pensado para la comodidad. Cuando hace frío le añade al vestuario guantes, caperuzas y capas; y la única joyería que lleva, al margen de su selección de collares y pulseras mágicos, es una gargantilla negra de la que pende una luna menguante plateada (recuerdo de su madre). Tiene falta de vista y utiliza pesadas lentes para leer, y una cosa que sus ropas ocultan sumamente bien es que tiene la espalda plagada de tatuajes simbólicos y tribales; protecciones mágicas cuyo origen no conocen ni los eruditos de su orden.

Alanna

Descripción del carácter: Un ratoncito de biblioteca en toda regla. A simple vista es silenciosa, sigilosa y con un punto enigmático. A menudo parece dispersa, sumida en sus pensamientos y en su mundo. Muy inflexible, puesto que no destaca precisamente por su humor y sí por su gran sentido de la responsabilidad y la pasión que a veces muestra en el trabajo y el estudio, a veces de forma peligrosa para su salud (es capaz de quedarse noches enteras en vela solo leyendo e investigando). No admite chanzas ni tomaduras de pelo en ese sentido, ni cuando hay que ponerse en serio en alguna misión.

Peca de exceso de orgullo, impaciencia y un humor de perros que generalmente muestra con sarcasmos e ironías; aunque cuando estalla... estalla, y lo hace como una leona. Se deja guiar demasiado por una filosofía de corrección que a veces puede resultar pedante: "eso está mal, aquello está bien"; pero así es como ha sido educada y su cabeza se ha amoldado demasiado en ese sentido.

Pese a que ha leído mucho sobre el mundo que la rodea, y es capaz de lanzar amplias disertaciones históricas al respecto (con un deje altivo y orgulloso, todo sea dicho), en realidad es muy ingenua y no ha tenido experiencias reales más allá de los muros de su cohorte; dicho de otro modo, es una niña en muchos aspectos y eso incluye al sexo masculino.

Aunque no quiera reconocerlo, la atemoriza poner los pies en la tierra y socializar de forma real con el ser humano: los libros y la magia son en parte una coraza protectora de su fragilidad y sus sentimientos, y está convencida de que con ello tiene todo lo que necesita.

Gustos y preferencias:

· Obviamente la lectura y el estudio; los libros y las bibliotecas son sus grandes amigos, además de los laboratorios de experimentación mágica de su cohorte.

· Es una erudita en lenguas y conoce los principales idiomas de Europa a nivel medio-alto, además de ciertos dialectos menores.

· Le gusta montar a caballo y solo por eso es capaz de soportar las dificultades extremas de los viajes largos, aunque en general físicamente es bastante débil y tiende a ser una incubadora para los virus.

· Adora la historia, la mitología, el arte y la filosofía clásica, y es una enciclopedia ambulante en dichos temas.

· Una faceta muy personal de sí misma es que la atrae a nivel profundo todo lo que pueda considerarse solitario y abandonado, sintiendo especial atracción por cementerios, bosques nocturnos, castillos y demás lugares impregnados de recuerdos y secretos.

· Desdeña absolutamente a aquellos que se toman las cosas a broma y desafían las normas establecidas yendo en contra del sistema, la ponen muy nerviosa.

· No fuma ni bebe, ni introduce en su cuerpo sustancias que puedan enajenar su mente y sus sentidos; lo que le encanta es el té y en las noches de lectura la relaja mucho.

· Odia la incultura gratuíta, la superficialidad y las juergas dionisíacas, pero no admite que en realidad es porque teme traspasar ciertos límites por inexperiencia e inocencia.

· Le encanta debatir y discutir; generalmente, la persona con la que lo hace acaba suspirando y marchándose entre maldiciones.

· Como curiosidad: siente un rencor visceral hacia los asesinos (ver historia).

Breve historia del PJ: La historia de Alanna es un secreto a voces, dado que ni ella misma puede constatarla: no recuerda absolutamente nada de su infancia de antes de los doce años, pero su último recuerdo consciente son los ojos sin vida de su madre en medio de un charco de sangre, con la gargantilla que ahora es suya fuertemente aferrada en su mano. Aparte de eso recuerda un par de ojos de jade en medio de las tinieblas... sus sueños han acabado por susurrarle el nombre de "asesino", y por culpa de ese recuerdo débil e inconexo siente un odio casi irracional hacia todo el colectivo de asesinos, dado que les culpa a todos de la muerte de su madre.

De su padre nada sabe, así como de su infancia antes de ese pequeño flashback que, cada vez que se esfuerza en recordar con más detalle, le produce nauseas, desmayos y un acceso de terror inexplicable. En boca de sus maestros sabe que fue encontrada dando tumbos por las afueras de la ciudad, ovillada bajo la estatua del ángel orador del Cemeteri dil Spettro, con un camisón cubierto de sangre, una muñeca de trapo y tarareando una canción de cuna mientras jugueteaba haciendo levitar sus propias lágrimas. Afortunadamente cayó en buenas manos y fue adoptada por una de las cohortes de Venecia, como ahijada y como discípula. No ha conocido ninguna otra vida real, y la orden de Rosacruz se ha transformado en el pilar existencial de su vida.

No se le ha pasado por alto, ni mucho menos, la situación de la ciudad, y respira la tensión entre sus hermanos. A simple vista, Alanna es una joven sumisa y educada que sigue los dictados de su maestro: prudencia a la hora de salir a las calles, no salir sola, evitar a los Centinelas y a la guardia de la ciudad en la medida de lo posible... pero, temeraria como solo puede serlo ella, a escondidas investiga, traza planes e interroga a la ciudadanía. Está decidida a encontrar los principales puntos débiles del Loto, y elaborar una estrategia mental tanto para desenmascararles como de cara a una posible guerra.

Otros:

- Aún conserva la desvencijada muñeca de trapo con la que fue encontrada. Algo la impide deshacerse de ella, y su presencia la inquieta y la tranquiliza a partes iguales.

- Aunque no lo parezca, su habilidad con las manos se extiende al arpa: es muy buena arpista, aunque generalmente suele reservar esa faceta para sí o para las cenas destacadas de la orden.

- De todos los dioses antiguos habidos y por haber, ella se consagra a Atenea/Minerva.