Palazzo Vernier

por **Francesco Vernier** Lun Dic 14, 2009 12:06 pm

La familia Vernier siempre ha sido una familia de posición social elevada, pero que tiene cierta fama por llevar una vida disipada y de grandes lujos, y tal cosa puede mostrarse en el dinero que han invertido siempre en la opulencia de su hogar.

Existen dos entradas en el Palazzo, una situada en el canal, mas utilizada por el servicio, y otra en el extremo opuesto, que suele ser la mas utilizada por los habitantes.
La fachada, labrada en la piedra, muestra un amor por el detalle artístico que queda patente con mucho más énfasis en el interior.

La casa esta dividida en tres pisos. El primero, se basa únicamente en la opulencia, en la demostración de su nivel económico y social, por lo que las habitaciones que la comprenden se encuentran recubiertas de obras de arte, esculturas y frescos. Todos los muebles están hechos de maderas oscuras y nobles, cubiertos por supuesto por terciopelo y seda.
En este piso se encuentra un gran salón de bailes, donde los Vernier acostumbran a invitar a las familias que se codean con ellos en la sociedad, una sala de estar, de grandes ventanales , y cualquier habitación que uno pueda imaginarse que puede ser necesaria para realizar veladas agradables para los demás nobles.

El segundo piso es más privado y generalmente solo aceden a el los de la familia Vernier, aunque opcionalmente se permita el acceso a otros. Allí se encuentran las habitaciones del que ahora es el cabeza de familia, Roberto Vernier, y si alguna vez alguien entra en sus aposentos, descubriría una continuación del estilo del primer piso, salvo que estas habitaciones estarían diseñadas para el descanso.

Al tercer piso solo una persona, Francesco Vernier, puede entrar. Las escaleras que llevan hasta él finalizan abruptamente en una puerta robusta y gruesa, que solo se abre por la llave que el sacerdote siempre lleva encima, oculta entre sus ropas de sacerdote. Este piso esta dividido en dos habitaciones, el despacho del hombre, que resulta ser una biblioteca, y su habitación, completamente contrastada con el estilo familiar por ser más bien austera. No es un piso donde haya mucha iluminación natural a pesar de tener ventanas, por lo que generalmente se precisan velas para poder ver.

Aunque nadie puede saberlo, salvo aquel que se conozca adecuadamente el tercer piso de la casa, existe un desván considerablemente grande, que pudiera ser tomado como un cuarto piso. No tiene ventanas y solo existe una puerta, comunicada por una pequeña escalera oculta con el piso anterior, de modo que solo puede salirse y entrarse por ahí. No tiene muebles y esta llena de polvo, por lo que, a primera vista, no sirve aparentemente de nada, pero unos grilletes claveteados en la pared demuestran que alguien le da utilidad práctica a ese lugar.

por **Francesco Vernier** Lun Dic 14, 2009 12:12 pm

Francesco se mantenia de pie, observando por el balcon del segundo piso, en una lujosa y decorada habitacion que contrastaban con su aspecto austero de sacerdote, el paisage que se observaba en la nocturna Venecia.

Su hermano mayor poseia esas hermosas vistas, un feudo, tierras, negocios bastante fructiferos y todo lo que habia en el interior de esa casa, desde la mas sencilla de las alfombras al mas caro de los cuadros. SU hermano poseia todo eso y sin enmbargo, en realidad eran de Francesco, aunque nadio pudiera saberlo.
¿Como era posible tal galimatias?
Simplemente, el sacerdote vestido de oscuro controlaba a su familiar como se domina a un pelele, puesto que no se trataba mas que de un noble enriquecido y vago, incapaz de llevar una vida recta. Y eso Francesco sabia aprovecharlo, sabia mantener a la mosca hipnotizada mientras las patas de la araña iban enrollando la pegajosa red alrededor de las fragiles alas.
Algun dia el aracnido le clavaria los colmillos, pero esa circumstancia solo se daria cuando el insecto ya no pudiera serle util.

Francesco lanza una especie de suspiro de impaciencia.
Ha mandado a un criado a por una mujer en concreto del DIstretto del Piacere, por varias razones, pero para que ella le sea util, tendra que asegurarse de que es la correcta.
Le parece tedioso tener que tratar con una vulgar prostituta, pero si le es util, prevee un futuro lucrativo....

por **Aradia della Mezzanotte** Lun Dic 14, 2009 12:26 pm

La joven entro acompañada por el criado, el amo la habia vestido con lo que el consideraba las mejores galas y era un vestido de gasas que poco o nada dejaban a la imaginación. Por suerte la capa de viaje ocultaba todo eso a los transeuntes. Había intentado que la maquillaran, pero por suerte le habian convencido para que no le hiciera, ya no era la mujer mas hermosa de Venecia, pero seguia teniendo un rostro aniñado e inocente.

Y allí estaba, por los olores en casa de algun rico noble que preferia pagar por ella en vez de pagar los servicios de alguien mejor en el pallazo delle sirenne, su antiguo hogar.

Permanecio a la entrada, en silencio, esperando a que el hombre se dirigiera a ella. Completamente sumisa, ocultando parte de su rostro tras una mata de cabello negro.

Su corazón se aferro un recuerdo, aunque no era al que solia aferrarse, si no a otro mas reciente. Una piel marcada por un mar de cicatrices, olor a sangre y a sudor, la calidez del olvido que provocaba sentirle en su interior. Pero savia que el no vendria a rescatarla de aquella vida.

Pues sabía que era él quien en el fondo necesitaba ser salvado.

por **Francesco Vernier** Lun Dic 14, 2009 12:36 pm

El criado aparece tras un buen rato de espera, en presencia de una dama que borraria cualquier expresion de inteligencia en el rostro de la gran mayoria de hombres, sustituyendola por una mueca digna del mas zopenco de los idiotas, embobados por la belleza de la chica.
Pero Francesco, a pesar de no ser insensible a esos encantos, lleva años controlando sus gestos, sus expresiones, sus palabras, y no comete el desliz de demostrar el impacto visual de la prostituta.

Hace un gesto amable con la mano al criado, invitandole mas que ordenandole a que se vaya, dejandoles solos. El sacerdote sabe que el hombre no hablara, porque la fidelidad esta mucho mas valorada cuando se riega de vez en cuando con amenazas cubiertas de sobornos.

Poco a poco, en actitud tranquila, se acerca a la mujer, quedando unos instantes delante de ella, evaluandola con la mirada y con una expresion temporalmente fria, terriblemente helada, sabiendo que ella no puede verle por su condicion de ciega.
Pero pronto vuelve a adquirir una actitud amable y gentil, como si ella fuera una dama recatada y el, un sacerdote que solo desea el bien de la humanidad.
Acerca su mano, dejando que ella pueda levantar las suyas y tocarla, como si esperara su permiso para guiarla hacia alguno de los sillones que rodean la habitacion*

-Lamento haberle dado la impresion de que hoy iba a precisar de sus servicios, Signorina. Nada más lejos de la realidad....

por **Aradia della Mezzanotte** Mar Dic 15, 2009 4:24 am

Ella no ve con los ojos como hacen todos, pero ve de otra forma. Ve cosas que los demas no ven y escucha cosas que los demas no oyen. No puede apreciar como es el hombre, sus gestos o sus expresiones. Simplemente analiza el tono de su voz y sobre todo su aura.

Tiene claro que se encuentra ante un dotado, aunque su esencia como es la suya o las de sus hermanas y hermanos de orden. Tiene el falso brillo que poseen todos los centinelas. Aunque tambien hay otras cosas, cosas siniestras y oscuras en el. No sabe el que pero le da mala espina. Tal vez tenia gustos demasiado pervertidos como para ser confesados, muchos sacerdotes tenían esa clase de apetitos.

-No es a mi quien le habeis causado esa impresión si no a mi señor.-Contesto con exquisitos modales, propios de una cortesana de alcuarnia y no de una vulgar ramera.-¿Que deseais de mi, signore?

Se deja guiar por el con docilidad.

por **Francesco Vernier** Mar Dic 15, 2009 4:36 am

Francesco deja que ella se siente en un sillon de la recargada sala, cubierto de terciopelo y suaves almohadas, observandola y permitiendose una sonrisa malevola, ya que ella no puede verle.
Se mantiene en pie, a algunos pasos de la mujer, observandola sentada, evaluando los ultimos detalles de su maquinacion antes de abrir la boca para hablarle a la mujer con la mas amable de las voces.
No ignora que la mujer tiene dones para la magia, pero en cualquier caso, tampoco le importaria demasiado...

-No deseo de vos lo que podais haber pensado. Simplemente, formais parte de un recuerdo, signorina, y estoy convencido de que os interesaran mis palabras...

El sacerdote se sienta en otro sillon, ni demasiado cerca, ni demasiado lejos, enviandole a la mujer una mirada cargada de intenciones que van mas alla del mero deseo carnal, aunque tampoco puede serle indiferente la belleza de la mujer. Si su hermosura le fuera util, la usaria tanto como pudiera, pero no se da el caso y no va a arriesgar sus planes solo por una flor que el tiempo marchitara.

-Vos fuisteis apreada por un Inquisidor de renombre, que creo que recordareis con suficiente detalle....En cualquier caso, yo si os recuerdo. Os vi una vez, y realmente, quede bastante sorprendido al enterarme, hace no mucho, que acompañasteis a un hombre con un pasado oscuro en una taberna de las afueras....Signorina, no deberian complaceros tales compañias, acabaran siendo peligrosas para vos

por **Aradia della Mezzanotte** Mar Dic 15, 2009 5:30 am

El sacerdote intentaba que a su mente acudieran sus peores temores, asustandola con los demonios que habian atormentado su alma... hasta matarla... Mas bajo de lo que habia caido no podía caer y no no le quedaba nada por poder. Asi que si esperaba despertar el temor en ella no lo consiguio.

-¿Entonces si conoceis la historia porque me habeis invitado a vuestro hogar, podriais tener problemas si se os relaciona con una de las rameras del demonio?-le contesto con cierta frialdad.-Y soy una cortesana señor, a nosotras no nos pagan por conocer el pasado oscuro de nuestros clientes.

Mintio, pero el no tenia porque saberlo, se sabía que muchas cortesanas tenían buenas relaciones con los clientes que eran amables con ellas y pagaban bien. Y ninguna se preguntaba si tenia esposa o no, o si tenia alguna clase de pasado oscuro. El mundo funcionaba así.

Intenta mantenerse relajada, aunque es consciente de la velada amenaza que tienen sus palabras.

por **Francesco Vernier** Mar Dic 15, 2009 5:52 am

-Oh, no os he contado la historia para que desconfieis de mi...En absoluto. Se que soys una Stregga, y como soy algo estudioso, tambien se de vuestras habilidades magicas, aunque ciertamente, solo por encima....

El sacerdote mantiene la sonrisa, auqnue ella no pueda verla, sentado comodamente en su sillon. No pretende actuar con ella con la misma delicadeza con que lo haría con los demas, porque sabe que con alguien que puede percibir sus planes tal cosa seria un sin sentido.
Pero puede engañarla utilizando precisamente eso, o al menos, intentarlo.
En cualquier caso, tambien tiene calculado un plan alternativo si ella no cae en su engaño

-Ni tampoco os he contado mi conocimiento de vos para que os denudeis. No me interesais para tal cosa, como bien podeis ver....soy un hombre de Dios. Pero ahora, escuchadme bien.... No perdais el tiempo diciendome que no fuisteis a aquella taberna con el hombre de la mascara, porque como bien sabeis, la mentira es un pecado horrible....

Su sonrisa se acentua, levantandose y acercandose a la mujer, manteniendose de pie a su lado, cogiendo un mechon de su pelo y enrollandoselo entre los dedos, como distraido.
Francesco no destaca en casi nada, pero si en su obesion por el conocimiento y en algunas artes adivinatorias, auqnue es mas habil con lo primero que lo segundo. Y se ha informado tanto como ha podido, sobre los Streggas, y en concreto y por encima de todo, de la mujer a la que ahora cogia un mechon
Sin que parezca venir a cuento, lanza una pregunta que es cuanto menos, curiosa

-Podeis percibir mi aura....? Que es lo que veis en ella?

por **Aradia della Mezzanotte** Mar Dic 15, 2009 7:21 am

-Si conoceis a las stregas como decis deberiais saber que no creemos en el pecado.-contesto manteniendo un tono frio y sereneo, aunque por dentro no se sentia tan calmada.-Y conozco demasiados hombres que dicen servir a Dios cuyos actos les delatan como servidores del demonio, cualquier hombre puede ocultar el mal en su interior.

Permanecio impasible incuso cuando el se acerco, sabía que parecer calmada era lo mejor que podía hacer ante un depredador como aquel.

-¿Deberas quereis escucharlo?.-

Se dejo fluir y dejo que aquel aura le susurrara los secretos del hombre, que le contara todo lo que aquel monstruo de gestos contenidos podia esconder bajo pose y apariencia. A veces poder ver mas alla era mas una maldición que una bendición, pues a no siempre es agradable lo que se esconde tras la mascara.

-Veo una gran mentira, alguien que intenta aparentar la gracia divina cuando solo oculta al maligno en su alma, un infeliz con demasiadas ambiciones, demasiadas envidias. Alguien con un alma negra que absorve todo lo que tiene a su alrededor, devorandolo, y aunque devore el mundo nunca sera feliz.

por **Francesco Vernier** Mar Dic 15, 2009 7:54 am

-Oh, querida dama, a veces quien defiende a Dios debe aliarse con Satanas por tal de conocer el mal y ser mas fuerte que el.....-El hombre va enrollando sus dedos en el pelo de la mujer, hablando distraidamente, sin que pueda notarse nada en su tono de voz desentendido-...A veces, el mal debe combatirse con tecnicas que debieran considerarse malevolas, aunque no creo que ese sea el caso que nos atañe ahora, verdad?

Francesco escucha con su media sonrisa amable y gentil la descripcion que dice de la mujer, sin que un solo musculo pueda remarcar un solo gesto brusco, sin que sus ojos muestren un brillo peligroso, sin que la mueca fingida que se interpreta como sonrisa se desvie un solo centimetro de donde esta.
Pero es evidente que le molestan las palabras de la mujer por como va enrollando con cada vez mas fuerza el pelo alrededor de sus dedos, haciendole daño sin casi darse cuenta.

No es lo que dice lo que le irrita, puesto que se conoce lo suficientemente bien como para que esa descripcion no le sea, en su mayoria, desconocida.
Lo que le esta sacando de quicio es que alguien pueda burlar su actuacion, que pueda ver mas alla de sus gestos amables y sus expresiones simpaticas.
Eso lo deja expuesto, sin defensas, enfrentandose cara a cara sin ninguna proteccion, y nunca ha sido alguien precisamente valiente. Afortunadamente, solo se trata de una mujer con la que puede hacer cuanto desea.

-...Bueno, joven dama de lujuriosa existencia....Y ahora que tan bien me habeis descrito, creo conveniente que me escucheis. Muestro interes por vuestro amigo cicatrizado porque es debido a él que mi caracter se ha tornado en ruin y despreciativo. Fue por su culpa que mi vida dejo de valer mas que la sotana que llevo puesta y de el aprendi la traicion y la mentira. Quiero capturarle, porque es un asesino que mato a su hermana sin razon, lanzando el pretexto de que pertenecia al Loto. Oh, yo tenia cierto aprecio por esa mujer, creedme....Solo a vos se comparaba en encanto..

Francesco deja el pelo de la mujer, cogiendo con mucha delicadeza su barbilla y levantandola, como si ella pudiera observarlo, mirandola con la misma serenidad de siempre.
Miente, por supuesto que miente y transforma la historia a su gusto, pero le es conveniente. Si la mujer pica el anzuelo, podra utilizarla en contra de Leone. Si no, si se mantiene fiel a él, sabra que ya no puede servirse de ella salvo por su sufrimiento.
Y ademas, le servira para saber si ella puede o no detectar sus falsedades.

por **Aradia della Mezzanotte** Mar Dic 15, 2009 11:12 am

Ignora el tiron de pelo manteniedose serena. Escucha sus palabras y es capaz de percibir sus mentiras, sobre todo porr que aunque Leone fuera incapaz de verlo el aun poseia Luz, al menos una luz que aun brillaba para ella. Se levanto apartandose del hombre, pese haber perdido el don de la fascinación aun podia tener el porte de una reina.

-Vuestras palabras podrían poneros reinos a vuestros pies.-le contesto sin alzar la voz.-Pero son solo metiras, burdos trucos que ocultan vuestras retorcidas intenciones. Vos no servis al todopoderoso si no a vos mismo.-Se concentro en sentir el pulso de la vida, ese poder aun latia en ella por lo que le dio seguridad.-Creeis que podeis engañarme con vanas palabras cuando he visto la luz en el alma de ese hombre. Los diablos que se creen angeles han podido mancillarla, pero aun sigue brillando, como un fuego que trae la esperanza del hogar... No le traicionare por las palabras de un embustero...

Camino hacia la puerta de la habitación guiandose por el instinto, extrañando a su fiel lazarillo.

-Decidle a vuestro criado que me devuelva a mi señor.-dijo con frialdad, atreviendose a ordenarle a aquel noble, pues ella en origen tambien lo era.

por **Francesco Vernier** Miér Dic 16, 2009 1:40 am

-Una...lastima que no querais traicionarle....Habriais gozado conmigo de las mieles de la victoria. Renunciando a vuestra estupida fidelidad absurda, quizas os hubierais ganado mi interes por vos, y quien sabe, dispongo de la economia mas que suficiente como para liberaros de vuestra burda prostitucion.

Francesco habla a la mujer mientras esta se aleja, observando sus pasos apresurados, dirigiendose hasta la salida, con la sonrisa amable que siempre tiene incrustada en los labios.
Tras deshacerse de su agarre por el pelo, la joven pretende salir, pero el sacerdote, con las manos tras la espalda, mantiene una actitud de tranquilidad absoluta que deberia hacerle sospechar a ella.
Nadie hablaria con una mujer de ese modo si no tuviera la seguridad de que no va a poder contarlo.

-Decis que en el alma de Alessandro existe luz. Bueno, no creo que eso vaya a ayudarle, ni a el, ni a vos. Deberiais haber aprendido, despues de tanto tiempo contactando con los mas bajos instintos de los hombres, que la bondad y el altruismo no sirven de gran cosa....de hecho, yo diria que son algo asi como decorativas. Es muy bonito poder decir que se es un angel, pero es mucho mas practico actuar como un demonio...

Francesco chasquea los dedos, y de detras de una puerta distinta a la que estaba Araddia, aparece uno de sus criados mas fieles, comprado con riquezas, poder y miedo. Puede confiar en el, porque el sacerdote sabe, y lo sabe muy bien, que el hombre es, en esencia, un animal que es capaz de cualquier cosa cuando delante de sus ojos se le muestran placeres y beneficios.
El criado, que ha recibido instrucciones con anterioridad, se acerca a la mujer y la coje por los brazos, inmovilizandola desde la espalda, sin hacer mucha presion pero si la suficiente como para evitar que ella pueda irse.

-Oh, no os habia advertido, disculpadme, pero....No vais a poder salir de aqui, por ahora. He pagado suficiente a vuestro amo como para que podais consideraros mia durante el tiempo que considere preciso

Manteninedo su sonrisa calida, aunque ahora tiene un aire malevolo, Francesco se sienta de nuevo en el sillon de donde antes se habia levantado, observando a la joven mujer sujetada por el criado, que puede ser muchas cosas, pero no precisamente debil de fuerza.

-¿Sabeis donde se encuentra vuestro hombre de alma torturada pero pura...?

por **Aradia della Mezzanotte** Miér Dic 16, 2009 8:59 am

Habia un dicho entre las stregas "la bruja que no sabe matar, no sabe curar". Eran maestras sanadoras y eso las llevaba a conocer todos los secretos de hierbas y plantas, lo que le llevaban a ver todo tipo de heridas y enfermedades y si debias comprender su esencia para curarlo tambien lo hacias para recrearlo. En vez de perder los nervios tan pronto y ponerse gritar como una niña asustada se relajo y sintio.

Habia muchas heridas en aquel cuerpo, cicatrizadas pero cuya marca aun podia sentirla en su esencia. Simplemente conecto con ellas y las abrió haciendo que el dolor volviera a ellas y que manara la sangre. Sabía que una magia así le saldría caro, solo habia utilizado una vez ese tipo de magia y habia estado una semana sufriendo fiebres, pero tenia que escapar.

Sintio con la presión se aflojaba y podía moverse con mayor libertad, le aparto de un empujón y no lo penso, salio corriendo en direción a la puerta, antes de que aquella clase de magia le pasase factura.

por **Francesco Vernier** Jue Dic 17, 2009 3:30 am

Francesco sabe conspirar, sabe mentir, sabe actuar, y es capaz de cualquier cosa, incluso el asesinato, por tal de cumplir sus fines, sean malvados o no, que le otorgaran mas y mas poder.
Pero lo que no es el sacerdote es valiente, nunca ha podido serlo.
Si ataca siempre por la espalda es porque teme que su victima pueda girarse en su contra si lo hace abiertamente y con el honor, estupido y suicida segun el, del que muchos hablan. Si maquina en las sombras es para que, si se equivoca, nadie pueda acusarlo, porque teme y tiembla ante esa posibilidad.

Por lo tanto, descubrir que la mujer es capaz de matar de ese modo tan violento a su criado lo llena del temor mas absoluto.
Se echa hacia atras en el sofa, lo máximo que puede de la Stregga, que huye entre los pasillos de su casa, y es testigo, con una mueca de terror, de como el hombre que le servia fielmente muere.
Por una vez, su rostro expresa lo que realmente siente, y eso, no le gusta, no le gusta en absoluto.

Entre medio del terror que le provoca la mujer, aparece un sentimiento que se ha ido repitiendo a lo largo de los años, en distintas situaciones y momentos, aunque mucho mas en su infancia.
La humillacion.
Esa mujer se ha atrevido a hacerle demostrar al mundo que el sigue siendo un debil, que no puede enfrentarse siquiera a una mujer ciega y casi desarmada, que ya se encontraba en su poder.
Tal idea le da fuerzas y rabia para levantarse de su asiento e ir corriendo hasta la puerta, vociferando

-¡PRENDEDLA! ¡Que no salga del Palazzo!

Los criados, tan fieles como fue el que ahora yace muerto a sus pies, con la sangre manchandole el borde de la sotana, persiguen a la joven mujer, y Francesco puede sonreir levemente a traves del enfado al pensar que, por mucho que ella se esconda, no tiene salida.

por **Aradia della Mezzanotte** Vie Dic 18, 2009 2:42 am

Es consciente de que no va a poder repetir con tanta facilidad el trabajo de magia realizado y que este le pasaria factura. Pero por ahora no piensa en las consecuencias y se limita a correr como un animalillo asustado, moviendose a ciegas por la casa, muy lejos de encontrar la salida.

Se tropieza con los ropajes y cae al suelo, rodando por el suelo frio, momento que aprovechan para saltar sobre ella y reducirla a golpes. Grita por el dolor, hasta que uno de ellos le hace perder la inconsciencia. Parece que el mal enmascarado de bien ha ganado esa batalla.

por **Francesco Vernier** Lun Dic 21, 2009 7:09 am

Los criados la golpean y se ensañan con ella porque saben que su amo les va a recompensar si le complacen, y ahora mismo, evaluando la mirada furibunda que lanza al hermoso pero magullado cuerpo de la mujer, saben que si se muestran crueles con ella van a recibir una mayor recompensa.

A un chasquido de los dedos de Francesco, la mujer es tomada como si de un saco de harina se tratase por uno de los criados, el de espaldas mas fuertes y recias, que se la carga y sigue a su amo por los pasillos de la mansion.
El sacerdote mantiene su rostro airado y ofendido, sin importarle que lo vean ahora, porque....Que mas da? Quien hay en estos momentos en la masion que pueda ser beneficioso para el? Sus criados ya conocen sus juegos, pero saben que si pronuncian una sola palabra sobre ellos van a tener que comerse, literalmente, su lengua, por lo que guardan silencio y esperan con paciencia y lealtad las recompensas que periodicamnete su señor les ofrece.

Suben por las escaleras, pasando pisos cargados de riquezas superfluas y mortales, hasta que llegan al tercer piso, la habitacion de Francesco.
Alli le hace un gesto al criado para que deje a la mujer en el suelo, indicandole despues que se vaya. Con cuidado, el sacerdote cierra la puerta de su habitacion y con cierto esfuerzo, arrastra a la mujer hasta el ultimo y secreto piso, la pequeña buhardilla donde consgiue llevar a la mujer tras unos largos minutos en los que acaba cubierto de sudor, tal es su debilidad física.
Finalmente, en medio de la oscuridad, consigue encotnrar los grilletes y ata las manos y los pies de la joven, asegurandose de cerrar con un chasquido el cierre con su llave, que siempre lleva encima, en uno de sus bolsillos.

Con un suspiro, deja la puerta abierta y baja a su habitacion, sentanose en una silla, esperando y recuperando el aliento, a que la joven despierte.....Habla en voz alta entre susurros, costumbre que de la que no ha podido desprenderse despues de sus años de reclusion

-Condenada mujer pagana y sacrilega.....El esfuerzo tiene que valerme la pena, si....Atraparle, atrapar a Borgia, significaria una gran recompensa, como...como la ultima vez, si... a falta de mas hermanas, debo utilizar a sus furcias...

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