Morte Improvvisa. [PRIVADO.]

por **Zarek Valentine** Lun Ene 24, 2011 5:52 am

La reunión se había alargado más de lo previsto, obligándolo a permanecer un par de días con sus respectivas noches en la sede de nigromantes. El consejo de ancianos había quedado bastante complacido no sólo con su labor en Francia, si no también, por engrosar las filas del Loto con una nueva esclava, una strega. Lo que Zarek no pensaba revelarles, era la existencia de recién adquirida gatto. No tenía la más mínima intención de compartirla. Salió de la Cripta del Consejo, cerrando las pesadas puertas tras de sí y encaminándose por los pasillos del laberinto de roca hacia las escaleras que daban al salón. Una amplia sala, custodiada por antiguas estatuas de célebres nigromantes, con los estandartes de las diversas familias colgando de sus muros y varias mesas dispuestas a lo largo de la sala. Los presentes alzaron la vista cuando oyeron sus pasos, algunos optaron por apartarse de su camino, otros desviaron las miradas.

Hizo caso omiso a las reacciones que su presencia provocaba, dirigiéndose directamente a una de las ventanas que daban al cementerio. Se sentó en el alfeizar, aparentemente con la vista perdida en el horizonte, pero lo cierto, era que sus ojos estaban fijos en un mausoleo de mármol negro. Hacía más de tres años que no pisaba el lugar y durante ése tiempo, la hiedra le había ganado terreno a la pulida piedra, cubriendo el nombre tallado en ella. Realizó un movimiento rápido con su mano izquierda, murmurando en un susurro inaudible palabras procedentes de un idioma perdido en el tiempo. Una pequeña bruma oscura se cernió en torno a la hiedra, marchitándola, haciéndola caer, borrando todo signo de que una vez había osado reptar por esas paredes. Y la bruma, tan pronto como había aparecido, se desvaneció.

Sólo entonces, se permitió esbozar una leve sonrisa, claramente complacido, sin poder ocultar el tinte amargo de una venganza que aún no había logrado llevar a cabo. Desterró ésos pensamientos de su mente, sacando el srad de su funda y haciéndolo girar en su mano. El artefacto desplegó sus tres cuchillas a media que su velocidad de giro aumentaba. Y a la vez que aumentaba, más se acercaba a la punta de sus dedos, y con ello, a las garras de plata que los cubrían, emitiendo un molesto e irritante sonido de los metales entrechocando entre sí.

por **Julien François de Jarjay** Lun Ene 24, 2011 9:47 am

-Oh, que tierno...-Dice Julien, sentado cómodamente en uno de los múltiples asientos de la sala- ¿Cuidando de la tumba de los seres queridos?

El joven apoya su barbilla en la palma de su mano, con el codo descansando en el reposabrazos, mirando a Zarek de manera indolente. No tiene nada particularmente en contra del chico, por no decir que le es prácticamente desconocido, pero sabe cosas de oídas y ahora mismo se encuentra levemente aburrido.
Y para qué engañarse, le divierte la posibilidad de molestar a Valentine en venganza del molesto ruído que está haciendo con su arma. Ya que él no le deja leer en paz, Julien le devolverá el favor.

-Es poco propio de los que estamos en este palacio preocuparse demasiado por los que se han ido -Siguió hablando de Jarjay, arqueando una ceja levemente- Y es aún menos habitual entre nosotros sentir nostalgia por un cadáver. ¿Nos estamos volviendo cariñosos con el tiempo, hum?

Lo cierto es que Julien apenas tiene idea de las motivaciones de Zarek, pero ha oído cuatro cosas. La primera es que el chico fue encontrado cuando de joven mató cruelmente a su padre, la segunda es que su madre fue quemada por bruja, la tercera es que quien la acuso fue dicho padre y la cuarta es que el chico tiene fama de arisco. Según le suena, suele ir solo por ahí.
No obstante, todo eso le da bastante igual. Lo único que busca, es divertirse un poco.

por **Zarek Valentine** Lun Ene 24, 2011 10:57 am

Zarek no pareció inmutarse ante las palabras del chico en un principio. El srad siguió girando en sus dedos, en parte porque el sonido le relajaba, por otra para disuadir a sus "compañeros" a acercarse a iniciar conversaciones insustanciales, cosa que al final no había logrado. La voz le sonaba apenas conocida y al girarse con una lentitud exasperante como si acabase de ser despertado de un sueño profundo, no le sorprendió ver a Julien. Una cosa es que Zarek apenas mostrase un interés que fuese más allá de Simonetta por los otros miembros, pero ello no implicaba que no estuviese al corriente de cada uno de ellos. La información era un bien preciado, sobre todo cuando dentro del propio nido podían encontrarse serpientes. Si sus palabras lo molestaron, no dio signo de ello, simplemente, se paso la mano libre por el pelo, echándolo hacia atrás, mientras con la otra mano plegaba el srad y lo volvía a dejar en su sitio, sujeto a uno de sus muslos mediante correas de cuero.

-Deberíais sentir un poco más de respeto por esos cadáveres, Jarjay. Fueron los más cercanos al despertar del Durmiente.-comentó, echando un último fugaz vistazo al mausoleo donde descansaban su madre y su tío, los únicos por los que alguna vez había sentido aprecio.

Abandonó el alfeizar, alzándose en toda su altera y acercándose a Julien. Sin duda, Zarek tenía una presencia imponente, mucho más alto que los otros miembros, cosa que no era demasiado difícil. A diferencia de los demás, Zarek no era un simple noble que se daba a la bueno, si no un hombre de armas disciplinado.

-Decidme, Julien, ¿habéis tardado mucho en acicalar vuestros rizos? Muchas compañeras los envidian...

por **Julien François de Jarjay** Lun Ene 24, 2011 9:52 pm

-Precisamente porque les tengo respeto no les hago carantoñas amorosas cada vez que lanzo suspiros al aire, como vos- Contesta Julien, con la misma sonrisa sibilina- Nuestra labor aquí no es sentir aprecio por restos putrefactos sino complacer al Durmiente con sus almas. Sospecho que confundís conceptos.

El hecho que el hombre ya le haya contestado para continuar con la pulla es de por si un triunfo. Le hubiera molestado sobremanera que lo hubiesen ignorado, pero Zarek ha correspondido a sus espectativas y ha respondido tal y como él esperaba.
Y además, lo ha hecho de un modo considerablemente elegante, auqnue por supuesto Julien parte de la base que él es mucho mejor que el otro.

Cuando se levanta Julien no muestra signos de que el tamaño de Zarek le preocupe en lo más mínimo. Es imponente y sin duda tanto músculo representará un problema si de Jarjay decide matarlo, pero se da la circunstancia de que él ha lidiado con individuos de mayor masa corporal. Y si aún sigue vivo, es por alguna razón.
No obstante, sus ojos empiezan a calibrar los movimientos del hombre, evaluando su agilidad y su teórica fuerza. Le será necesario conocerlo si se ve enfrentado en una disputa, como parece que va a suceder después de oír su último comentario.

Por lo general Julien puede mantener la cabeza muy fría, pero en ciertos temas solo hace falta soplar levemente para que pierda todo interés por la prudencia. Y Zarek no solo ha bufado sino que ha dado un golpe directo.
De Jarjay sonríe con un brillo peligroso.

-No más de lo que vos vais a tardar en volver a coser lo poco que os cuelga de entre las piernas después de que yo os lo separe.

Espera que le haya quedado suficientemente claro a Valentine que el próximo movimiento que realice Julien va a ser el de sacar su espada, aunque por el momento se mantenga tan inmovil como todo el rato y parezca que todo sea una amenaza vacía.

por **Zarek Valentine** Mar Ene 25, 2011 2:37 am

Terminó por sentarse en un banco cercano, apoyando los codos en la mesa y estirando las piernas abiertas, de modo que quedaba a un par de metros del joven. Una distancia prudencial y a la vez, perfecta para mantener una conversación. No es que Zarek temiese a Julien, había escuchado que la magia no era su fuerte, y sin embargo, su velocidad tenía bastante fama. Y aunque probablemente, saliera victorioso del encuentro, éso no significaba que saliese intacto. A parte, tras años en campos de batalla, la sangre había ido perdiendo interés para él poco a poco, aunque no hubiese perdido su fama de sanguinario.

Zarek se limitó a sonreir con cierto matiz siniestro. No pensaba darle explicaciones sobre porqué cuidaba el mausoleo de su familia a un crío imberbe. Su sonrisa se convirtió en una profunda carcajada al ver la reacción que había provocado en el joven, sintiendo sus ganas de rebanarle el cuello ahí mismo. Volvió a llevarse la mano al pelo, ésta vez revolviéndolo y dejando que mechones asimétricos (producto del corte a cuchillo al que se vieron sometidos en su viaje) cubrieran parcialmente sus ojos y el brillo que relucía en ellos.

-Qué carácter tan prometedor, Jarjay...-comentó,sin ningún tono de burla en su voz, diciéndolo como una simple observación.-Llegareis lejos, sin duda...

Siempre y cuando, se impusiese lo suficiente como para no levantar los celos de aquellos nobles opulentos que se hacían llamar Lotos, que tenían la mala costumbre de envenenar a sus rivales. Él mismo había sido su víctima, infravalorado por ser un caballero, un hombre que sólo sabía matar. Y sin duda no se habían equivocado tanto, pero se habían quedado bastante lejos de la verdad sobre Zarek. Dirigió un momento la mirada a un grupo de ellos que los observaban con curiosidad y que al segundo, se centraron de nuevo en sus cuchicheos de viejas.

-Hasta podría decir que no me disgustáis tanto como hubiese esperado...

Parecía mostrar cierta simpatía por el joven y aún así, se mantenía distante, con cierta cadencia en la voz que mostraba su desconfianza. No confiaba en nadie y mucho menos por intercambiar dos palabras iba a comenzar a hacerlo de repente.

por **Julien François de Jarjay** Mar Ene 25, 2011 7:39 am

Julien arquea aún más la ceja, mirando con una genuina expresión de confusión pintada en el rostro. Intenta elaborar una explicación por la cual ahora Zarek abandona las pullas, pero no se le ocurre ninguna que sea verdaderamente convincente.
No obstante, supone que volverá a hacerlo.

-Quizás sería mas conveniente vigilar vuestro caracter y no el mío, pues así evitaríais futuros disgustos. - Julien se mira las uñas de manera indolente, pero una vocecita en su cabeza le está recordando que tiene que cortarle la cabeza a Valentine por el insulto- Disgustos muy molestos, por cierto

Lanza un bufido y después se ríe abiertamente cuando oye como Valentine afirma que no le disgusta. Lo que empieza siendo una simple carcajada finaliza en una risa verdadera, haciendo que algunos que se encuentran por la sala miren hacia los dos. Lo cierto es que no es muy común encontrar motivos por los que reirse en ese ambiente, a menos que se trate de algo habitualmente retorcido o macabro, por lo que la sorpresa general es comprensible.

-Por el Durmiente, que individuo tan peculiar soys...-Dice Julien, aun sonriendo con burla- ¿De dónde habeis salido y cómo puede saberse habéis vivido en el Loto? ¿Me burlo de vos y deciis que no os disgusto?- vuelve a reir por lo bajo- Soys sin duda particular...

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